1 Juan 3:18
Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:18
Cuando nació la Iglesia en el aposento alto, el poder del Espíritu Santo insufló en nosotros la capacidad de traer el reino de los cielos a la tierra.
Tenemos el poder de imponer manos sobre los enfermos y verlos recuperarse. Tenemos el poder de expulsar demonios. ¡Nosotros poseemos el poder del Nombre sobre todo otro nombre!
Hasta que pongamos nuestra fe a trabajar a través de la obediencia a la Palabra de Dios, no aprovecharemos este poder. Muchas iglesias leen las Sagradas Escrituras como parte de su tradición, pero no creen que sean Sus palabras inspiradas por Dios para nosotros. Afirman que la Biblia es un documento histórico. No creen en un Dios que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, que todavía sana y hace señales y prodigios.
Es hora de que estemos saturados en el poder del Espíritu Santo y seamos obedientes a Su Palabra. ¡La Iglesia del Dios Vivo debe comportarse como creemos! Esa Iglesia experimentará señales y prodigios. Esa Iglesia verá a los perdidos abandonar sus pecados y venir a la Cruz de Cristo. Esa Iglesia será testigo de la liberación de los cautivos, la reparación de los matrimonios y la ruptura de las adicciones. Esa Iglesia dará la bienvenida a los pródigos a casa y verá los corazones rotos llenos de esperanza. ¡Que surja esa Iglesia!
Josué 1:8
Salmos 18:30
¿Un poco de religión?
Salmo 24:1
2 Corintios 5:10
Juan 7:24
Eclesiastés 1:14
Mateo 7:24
Bendición de hoy
Que el Señor te bendiga y te guarde. Que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre vosotros y tenga de vosotros misericordia y os conceda Su paz. ¡Que estés lleno de la valentía del Espíritu Santo para poner en práctica las verdades en las que crees! ¡Levántate y actúa!
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