Marcos 15:19

Mientras Jesús se presenta ante los líderes religiosos y el gobernador romano, la autoridad y el poder de Dios mismo están a prueba. Y al final de esta prueba, Dios en Jesucristo queda condenado a ser inútil como el tipo de héroe que el mundo quiere que sea.

El mundo se ríe de Jesús. Los romanos piensan que Jesús es el que necesita un héroe. El mundo piensa que las “armas” de Jesús—amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad—son una broma sin valor duradero para una vida que está aquí hoy, mañana se habrá ido.

Pero aquí hay algo que el mundo, como se ve en Pilato, el Sanedrín y los soldados romanos, se ha perdido: el poder de Jesús puede no parecer siempre tan grandioso y glorioso como los poderes de este mundo, pero la broma está en ellos. Pilato sintió pena por Jesús, pensando que no era una amenaza real para el Imperio Romano. Pero Jesús sentía lo mismo por él. Jesús no amenazó al Imperio Romano porque no era una amenaza real para Jesús . Tampoco los líderes religiosos. La multitud tampoco.

La cruz tampoco. El cáncer tampoco. Tus finanzas tampoco. Las relaciones rotas tampoco. Tampoco lo son ninguno de los dolores y problemas que enfrentamos en este mundo. Si Jesús no parece estar tan ansioso como nosotros por nuestros problemas, es solo porque sabe que al final no ganan.