Ira

Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades. 8 Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo. 9 Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. 10 Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. 11 Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. Salmos 37:7-11
La injusticia nos enoja. Eso está bien, pero debemos tener cuidado. El Salmo 37: 8 nos advierte que no nos preocupemos tanto por el mal que vemos que nos convertimos en malhechores nosotros mismos.

Primero, vemos el mal o la injusticia, y empezamos a preocuparnos por ello. No es justo que haciendo cosas malas algunas personas ganen poder y riqueza. ¿Y si ese mal se dirige hacia nosotros? Si nos preocupamos demasiado por eso, podemos comenzar a enojarnos. "¿Por qué nadie los detiene?" Nosotros lloramos. “¡Deberíamos ponerlos en su lugar!” Y si permanecemos enojados, eso puede crecer y convertirse en ira. En la ira, podemos ser consumidos por nuestra ira. Si no estamos pensando con claridad y no tenemos cuidado, podemos caer en un comportamiento que conduce al mal.
Muchas investigaciones en las últimas décadas han demostrado que este tipo de progresión está detrás de muchas actividades delictivas. Alguien experimenta injusticia y, antes de que te des cuenta, también está actuando injustamente. Tal vez al principio dirigieron su maldad a las personas que les estaban haciendo daño. Pero no siempre termina ahí.
Aunque la ira no siempre puede conducir a una actividad criminal, es destructiva. La ira puede causar cosas como burlas, intimidación y otras actividades injustas también.
La solución es evitar incluso preocuparse por el mal. Dios proveerá justicia y también proveerá para nuestras necesidades. Es posible que no podamos detener la maldad de los demás, pero al menos podemos detenernos a nosotros mismos descansando pacientemente en Dios.
Querido Dios, ayúdanos a confiar en que impartirás justicia como corresponde en tu tiempo. Amén.

Deja una respuesta