Marcos 12:16-17
16 Ellos se la trajeron; y les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Ellos le dijeron: De César. 17 Respondiendo Jesús, les dijo: Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaron de él. Marcos 12:16-17
¿Qué es de Dios?
La gente estaba descubriendo que Jesús pretendía enseñar el camino de Dios en lugar de seguir las reglas del mundo. Eso llevó a los fariseos y herodianos a pensar que podían atrapar a Jesús. Su pregunta sobre el pago de impuestos parecía darle solo dos opciones: seguir las reglas del mundo y arruinar su reputación como maestro centrado en Dios, o rechazar los impuestos del gobierno y dar la apariencia de liderar una rebelión.
Simplemente no lo entendieron. Y muchas veces nosotros tampoco.
Cuando Jesús no siguió las reglas del mundo, no fue porque las despreciara; fue porque tenía un propósito superior. Jesús no buscaba el dinero del César, ni el reino, ni nada apreciado por el mundo. Jesús tenía un propósito superior, una meta más elevada que hacía que los impuestos parecieran triviales. Jesús buscaba lo que pertenecía a Dios porque Jesús era Dios.
Así que el truco de los líderes religiosos se convirtió en una oportunidad perfecta para que Jesús enseñara lo que realmente buscaba. "¿De quién es la imagen en la moneda?" Jesús pregunta. Si tiene la imagen de César, dijo, dásela a César. Lo que Dios quiere es lo que tiene la imagen de Dios en él.
¿Y qué tiene la imagen de Dios? ¿Dónde ha inscrito Dios su nombre? sobre nosotros
Dios no quiere nuestro dinero ni nuestras cosas; quiere a sus hijos.
Querido Jesús, gracias por reunirnos con tu Padre, nuestro Padre. Ayúdanos a ver que pertenecemos a Dios, que nos quiere por completo. Amén.
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