Marcos 16:14

Dios prometió a Adán y Eva un Salvador cuando cayeron en pecado ( Génesis 3:15 ). Desde entonces, muchos seres humanos alrededor del mundo han esperado por un “elegido”, ya sea que lo pensaran en términos de seguir a Cristo o no. Las historias que estamos leyendo este mes nos dicen que el elegido, el llamado Mesías o Cristo, ha venido.

Cristo, el elegido, ha venido a esta tierra y nos está salvando. Su nombre es Jesús. Pero Jesús no nos salva de la forma esperada venciendo gobiernos opresores y derribando sistemas injustos. En cambio, Jesús sufrió y murió para pagar por nuestros pecados, y volvió a la vida para conquistar la muerte misma para que podamos tener la vida eterna.

Incluso a los discípulos que vivieron con Jesús mientras estuvo en la tierra les costó mucho confiar en esto al principio. Sus amigos que vieron por primera vez a Jesús resucitado no pudieron convencerlos. Solo se convencieron al conocer a Jesús.

Jesús ahora se sienta a la diestra de Dios Padre, y él y el Padre han enviado al Espíritu Santo para que viva en nosotros y nos guíe aquí en la tierra. El Espíritu nos presenta a Jesús y comenzamos una relación con él que, aunque es una relación espiritual, es poderosa y sorprendentemente real. Si aún no has conocido a Jesús, ora para que el Espíritu de Dios comience a mostrártelo hoy.