Deuteronomio 7:6
Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. Deuteronomio 7:6
El país de Israel y el pueblo judío son santos, escogidos y atesorados por encima de todas las demás naciones de la tierra.
La historia de Israel comenzó en Génesis 12 cuando Dios le dijo a Abraham que dejara la casa de su padre y partiera hacia una tierra desconocida. Hizo el voto de hacer de Abraham una gran nación. Prometió bendecir a cualquiera que lo bendiga y maldecir a cualquiera que lo maldiga. Esa palabra sigue en pie hoy.
Israel fue creado por un acto soberano de Dios. La patria fue entregada al pueblo judío exclusiva y eternamente (Éxodo 15:13). Israel no solo ocupa la tierra, ¡es dueño de ella! Zacarías 2:8 declara que El saldrá contra las naciones que oprimen a Israel, porque cualquiera que así lo hace, mete el dedo en los ojos de Dios.
Su amor abunda por la ciudad santa de Jerusalén. Así como las montañas rodean la ciudad, Dios rodea a Su pueblo para siempre (Salmo 125:2). Ha establecido intercesores para clamar día y noche hasta hacer de Jerusalén una ciudad de alabanza respetada y admirada.
Jerusalén es la costa de la eternidad, la ciudad capital del Reino final, donde Jesucristo se sentará en el trono de David. De ese Reino no habrá fin, y tú y yo reinaremos con Él eternamente.
Bendición
Que el Señor te bendiga y te guarde. Que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre vosotros y tenga de vosotros misericordia y os conceda Su paz. Oren por la paz de Jerusalén. Que todos los que aman esta ciudad prosperen.
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Salmos y Proverbios
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