Apocalipsis 21:2
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Apocalipsis 21:2
1 Corintios 12:12
1 Corintios 12
1 Corintios 10:25
1 Corintios 1:26-31
1 Corintios 13:7
Divorcio entre Cristianos
Genesis 1:8
Genesis 1:7
Juan 11:44
1 Corintios 9:24
2 Timoteo 2:2
Hechos 20:35
Tan inesperado como un ladrón en la noche, llegará el Día del Señor. Los cielos desaparecerán con un estruendo terrible. Los cuerpos celestes serán engullidos por fuego, y la tierra y todo lo que hay en ella será reducido a cenizas (2 Pedro 3:10).
Después de esta gran conflagración, Juan vio la Nueva Jerusalén que descendía del cielo, tan hermosa como una novia ataviada para su novio. Dios declaró que Su hogar estaría ahora entre Su pueblo; Vivirá con nosotros y enjugará toda lágrima de luto de nuestros ojos. La muerte ya no existirá, y ya no experimentaremos llanto, tristeza o dolor.
La Nueva Jerusalén será un cuadrado perfecto – 1500 millas de cada lado. Los cimientos de la ciudad están adornados con impresionantes piedras preciosas. Sus muros son de jaspe, sus puertas de perla. Las puertas nunca se cerrarán, y los nobles de la tierra fluirán para traer la gloria y el honor de las naciones.
Del trono fluirá un río cristalino de agua de vida. A ambos lados del río crece un árbol de vida, y sus hojas son para la sanidad de las naciones. Toda la ciudad brillará como oro puro. Finalmente, veremos el rostro de nuestro Amado y reinaremos con Él para siempre.
Bendición de hoy
Que el Señor te bendiga y te guarde. Que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre vosotros y tenga de vosotros misericordia y os conceda Su paz. Que un día entres por la puerta y bebas libremente del agua viva. ¡Levanten sus ojos que nuestra redención se acerca!
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