1 Tesalonicenses 4:18
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 1 Tesalonicenses 4:18
Si alguna vez hubo un momento en nuestra nación y en las naciones del mundo en el que estamos experimentando una división y un caos sin precedentes, es ahora mismo. Los titulares actuales provienen directamente de las páginas de las Escrituras.
Del otro lado de este caos brilla una promesa que nos hace vivir por encima de la refriega, un consuelo que inunda nuestros corazones con la paz profunda de Dios. El pie de Jesús está a punto de pisar las nubes de gloria.
Pablo dice que el Señor mismo descenderá del cielo con un grito, un símbolo de victoria sobre la muerte, el infierno y la tumba.
Él descenderá con la voz del arcángel, un anuncio de la aparición de la realeza, el Rey de reyes, el Señor de señores, el Príncipe de paz.
Vendrá con la trompeta de Dios, el toque de clarín que precede a la llegada de un rey.
Todo ese ruido va a despertar a los muertos, y ellos saldrán de sus tumbas para levantarse primero. Entonces, aquellos creyentes que estén vivos y que queden serán arrebatados en las nubes para finalmente encontrarse con nuestro Salvador en el aire. ¡Lo que solo tomará unos momentos aquí resultará en nuestra reunión familiar para siempre en el cielo!
Ante el tumulto que nos rodea, consuélense unos a otros con estos recordatorios. ¡Párate derecho, levanta la cabeza y regocíjate! ¡Nuestra redención está tan cerca!
Bendición
Que el Señor te bendiga y te guarde. Que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre vosotros y tenga de vosotros misericordia y os conceda Su paz. ¡El paraíso espera al final de ese toque de trompeta! ¡Toda alabanza y gloria a los Fieles y Verdaderos con Quienes reinaremos eternamente!
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