Eclesiastés 7:8

8 Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu. Eclesiastés 7:8
Cada final señala un comienzo, y un nuevo comienzo pone fin a un asunto anterior.
El diploma significa un adiós a la academia y marca el comienzo de una nueva realidad de empleo a tiempo completo. Una boda marca el final de la soltería y abre un futuro de sumisión mutua y amorosa.
Cuando ponemos nuestra confianza en Jesús, ocurre un final. Nuestro viejo hombre, con sus actitudes y acciones pecaminosas, fallece. Somos misteriosamente hechos una nueva creación cuando nos embarcamos en esta aventura de fe llena de esperanza y promesa (2 Corintios 5:17).
Si prestamos atención, vemos que cada una de estas situaciones implica el proceso. Una graduación, una ceremonia de matrimonio y una experiencia de salvación se capturan en un momento en el tiempo, pero vivir estos nuevos comienzos es un viaje. Y como todo viaje, lleva sus decepciones y alegrías, triunfos y tragedias, sanación y angustias.
Si el nuevo comienzo se ve diferente de lo que esperaba, anímese. No se concentre tanto en algún lugar que pierda de vista las bendiciones del aquí y el ahora. Cuando invitamos a Jesús a cada momento, se convierte en un Amigo que camina junto a nosotros a través del fuego, que sana nuestras heridas, que comparte nuestras alegrías y que nos enseña las lecciones que conducen a la vida eterna.
Bendición
Que el Señor te bendiga y te guarde. Que el Señor haga resplandecer Su rostro sobre vosotros y tenga de vosotros misericordia y os conceda Su paz. Que camines cada momento en la presencia de Jesús para conocer las riquezas de Su gloria y la esperanza que nunca defrauda.
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