1 Corintios 1:21

²¹ Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 1 Corintios 1:21

Cuando se trata de evangelismo, algunos cristianos dicen: “Solo seré un buen ejemplo. Seré un modelo de lo que significa ser cristiano, y esa será mi forma de evangelizar”.

Por todos los medios, sea un modelo. Sea un buen ejemplo porque eso, en efecto, le otorga el derecho de articular su fe. (Y si no puede ser un buen ejemplo, preferiría que no predicara el evangelio).

Sin embargo, la forma principal en que Dios trae a las personas al reino es a través de otros que comparten verbalmente el evangelio con ellos. Pablo escribió: “Puesto que Dios en su sabiduría se aseguró de que el mundo nunca lo conociera a través de la sabiduría humana, se ha valido de nuestra prédica necia para salvar a los que creen” (1 Corintios 1:21).

La forma principal de Dios de llegar a las personas es a través de las personas, y la forma principal en que lo hacemos es a través de la articulación verbal del evangelio. La Biblia nos dice: “¡Predica la palabra! Prepárate a tiempo y fuera de tiempo” (2 Timoteo 4:2).

Recuerdo un momento en que Dios me llamó a compartir el evangelio en un momento muy inusual. Estaba en el baño de una tienda por departamentos cuando alguien en el puesto de al lado pensó que yo era su traficante de drogas. Resulta que en un momento había aceptado a Cristo y asistido a Harvest Christian Fellowship.

“Dios realmente debe amarte”, le dije. “Envió a tu pastor al baño donde estabas tratando de hacer una compra de drogas”. Luego le pedí que se encontrara conmigo en la tienda por departamentos para que pudiéramos continuar nuestra conversación. Oré con él, y volvió a comprometer su vida a Jesucristo.

Jesús dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15 NVI). Id por todo vuestro mundo y predicad el evangelio. Entra en tu esfera de influencia con el mensaje de Jesucristo.