Efesios 4:31–32

Efesios 4:31–32

31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:31–32

El alto costo de la falta de perdón

Llegará un momento en tu vida en el que tendrás tu última conversación con alguien a quien amas. Es posible que no te des cuenta de que es el último, por lo que siempre es bueno terminar la conversación con las palabras "Te amo".

Cuando el Señor llamó a nuestro hijo Christopher a casa, supo que lo amábamos porque siempre le dijimos que lo amábamos. Es una cosa muy importante que hacer.

Nuestros seres queridos no pueden leer nuestra mente. Piensa en aquellos que amas, aquellos que significan mucho para ti. Diles que los amas, incluso si crees que ya lo saben. No espere hasta que sea demasiado tarde.

Además, lleva cuentas cortas y perdona. Date cuenta de que las personas te decepcionarán, incluso las personas que amas. Todos enfrentaremos heridas y dolor en la vida, pero lo que no queremos hacer es albergar rencores.

Los estudios sugieren que aquellos que no perdonan tienen más probabilidades de experimentar presión arterial alta, episodios de depresión y problemas de ira, estrés y ansiedad. Cuando perdonamos a los demás, no los dejamos libres. Más bien, estamos evitando la miseria en nuestras propias vidas.

He dicho antes que cuando perdonas a alguien, liberas a un prisionero: a ti mismo. El apóstol Pablo escribió a los creyentes de Éfeso: “Sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como Dios os ha perdonado a vosotros por medio de Cristo” (Efesios 4:32 NTV).

Pienso en la historia de José en el Libro de Génesis y las cosas horribles que sufrió José porque sus hermanos lo traicionaron. En el momento en que podía haberlos ejecutado a todos, en cambio los perdonó y dijo: “Pero en cuanto a ustedes, quisieron hacerme mal; mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que es hoy, para dar vida a muchos pueblos” (Génesis 50:20 NVI).

Perdonar. No viva en una prisión autoimpuesta de ira, amargura y resentimiento, que puede arruinar su vida.

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